El polen de abeja es un alimento completo porque contiene proteínas, vitaminas, grasas, los 8 aminoácidos esenciales, enzimas, antioxidantes, fibras, carbohidratos, fósforo, magnesio, potasio, manganeso, silicio, cobre, hierro, zinc, sodio, cromo, calcio, todos los cuales pueden ser asimilados inmediatamente por el organismo.
Por lo tanto, se entiende fácilmente por qué el polen de abeja se considera un «antibiótico natural»: combate las deficiencias de vitaminas, refuerza el sistema inmunológico, posee propiedades antioxidantes y combate los radicales libres, estimula el metabolismo, es beneficioso para la flora intestinal.