El diente de león contiene una gran cantidad de ingredientes activos: vitaminas A, B1, B2, B3, C, E, K, alfa y beta-caroteno, beta-criptoxantina, luteína y zeaxantina, calcio, sodio, hierro, fósforo, potasio, magnesio, zinc y selenio, taninos, flavonoides, ácido cafeico y cumárico.
Las propiedades purificantes, antiinflamatorias y desintoxicantes del diente de león favorecen la eliminación de desechos, lo que lo convierte en una planta valiosa en todos los casos de insuficiencia hepática, ictericia y cálculos biliares. Además de purificar el hígado y los riñones, estimula la producción y circulación de la bilis, activa la secreción de enzimas digestivas y favorece el peristaltismo intestinal, liberando el intestino de desechos azucarados y aumentando su expulsión a través de la orina.
El diente de león es capaz de reactivar la función inmunológica y mejorar la respuesta inmunitaria del sistema linfático.
Dosificación y uso:
Mezclar cuidadosamente 2g de diente de león en 1 kg de comida y administrar durante 5/7 días.
En el agua, disolver 1,5g de diente de león en 1 litro de agua y administrar durante 5/7 días, asegurándose de cambiar el agua todos los días.